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energía en Colombia

El sector energético de Colombia atraviesa un momento decisivo. Por un lado, ha logrado avances significativos en la diversificación de su matriz eléctrica; por otro, enfrenta señales de alerta por la estrechez entre oferta y demanda, lo que genera preocupación sobre la seguridad del suministro de energía en el corto plazo.

Directivos y expertos coinciden en que el país avanza en la incorporación de energías renovables, aunque aún debe superar retos técnicos, sociales y regulatorios para garantizar un sistema energético confiable y sostenible.

Una matriz energética en transformación

Históricamente, la matriz energética colombiana ha estado dominada por fuentes hidráulicas, lo cual ha permitido una generación eléctrica con bajas emisiones. De esta manera, en 2023, la capacidad instalada total rondaba los 20 GW, de los cuales 66 % provenía de centrales hidroeléctricas, mientras que las plantas termoeléctricas a gas y carbón aportaban cerca de 6 GW, cumpliendo una función de respaldo.

Sin embargo, en los últimos años, la energía solar y eólica han ganado protagonismo. Aunque en 2023 representaban solo el 5,8 % de la generación eléctrica, su crecimiento ha sido acelerado.

Como resultado de esta dinámica, en 2025 la capacidad solar instalada supera los 2 GW —alrededor del 10 % del consumo eléctrico al mediodía—, gracias a la expansión de granjas solares, proyectos eólicos y programas de autogeneración distribuida, como paneles solares en techos industriales o comunitarios.

En consecuencia, estas iniciativas no solo diversifican la matriz, sino que también fortalecen la seguridad energética y promueven la inclusión territorial. Un ejemplo concreto es la Misión Transmisión, una estrategia gubernamental que amplía la red eléctrica para integrar fuentes renovables y llevar energía a regiones históricamente rezagadas, como Chocó y Nariño.

Riesgos y señales de alerta

A pesar de los avances, organismos técnicos han advertido sobre una creciente vulnerabilidad del sistema energético.
Según la Asociación Colombiana de Ingenieros (ACIEM), el país enfrenta un equilibrio frágil entre oferta y demanda, con posibilidad de déficits de energía y gas natural en el corto plazo. De mantenerse esta tendencia, podrían presentarse racionamientos regionales o nacionales, algo que no ocurre desde la crisis de 1992.

Fuente: Tomado de Diario  La República.

Los principales factores de riesgo identificados son:

  • Capacidad ajustada y retrasos en expansión: las reservas de generación firme son limitadas frente al aumento de la demanda. La entrada en operación de nuevos proyectos eléctricos y líneas de transmisión ha sufrido retrasos significativos.
  • Barreras ambientales y sociales: los procesos de licenciamiento y las consultas previas con comunidades han demorado proyectos clave, generando incertidumbre e incluso el retiro de inversión privada.
  • Incertidumbre en el suministro de gas: las reservas nacionales disminuyen y los nuevos hallazgos costa afuera no estarán disponibles antes de 2030. Además, las plantas de regasificación para importar gas avanzan lentamente, comprometiendo la cobertura futura para los sectores domiciliario e industrial.

Ante este panorama, ACIEM recomienda usar todas las fuentes energéticas disponibles de forma estratégica, combinando confiabilidad y sostenibilidad para evitar desabastecimientos.

Transición energética y visión hacia 2030

Colombia ha asumido metas ambiciosas en materia energética y climática. En este contexto, el Gobierno nacional impulsa una Transición Energética Justa, orientada a reducir en un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y alcanzar la carbono-neutralidad en 2050.

En cuanto al ámbito eléctrico, el objetivo es diversificar la matriz, reducir la dependencia de los combustibles fósiles e incrementar la participación de las energías renovables no convencionales (ERNC). De hecho, la meta oficial apunta a que cerca del 23 % de la capacidad eléctrica provenga de estas fuentes para 2030, en contraste con el menos del 6 % observado en 2023.

Sin embargo, según un análisis de Dapper, al ritmo actual Colombia tardaría 28 años en alcanzar esa meta, lo que evidencia la necesidad de acelerar la ejecución y destrabar proyectos pendientes.

A pesar de este panorama, las proyecciones del sector son optimistas: si se logran superar los cuellos de botella, la capacidad solar podría superar los 12 GW hacia 2029, junto con una fuerte expansión eólica, especialmente en La Guajira.

Actualmente, existen 166 proyectos solares y eólicos listos para construcción, pero permanecen detenidos por trámites y permisos administrativos. Su puesta en marcha significaría miles de megavatios adicionales para el sistema.

Política, innovación y talento: pilares del cambio

Para dinamizar la transición energética, el Gobierno y los reguladores han adoptado medidas, entre ellas la Resolución CREG 075 de 2023, que flexibiliza la contratación de energía y promueve la participación de comunidades y privados. Asimismo, se retomaron las subastas de largo plazo, con el fin de ofrecer certidumbre a los inversionistas.

Innovación y conocimiento como motor

Por otro lado, la innovación tecnológica y la formación de talento humano es un pilar esencial. En este sentido, la alianza Energética 2030 (2018–2023), con una inversión cercana a 37 mil millones de pesos cofinanciada por Minciencias, vinculó a más de 300 investigadores de ocho universidades y empresas del sector. Gracias a este esfuerzo, el programa desarrolló once proyectos de alto impacto en energías renovables, almacenamiento, redes inteligentes y movilidad sostenible, cuyos resultados sirven hoy como insumo para la hoja de ruta de la transición energética nacional.

De igual manera, el desarrollo de capital humano especializado —desde técnicos en mantenimiento solar hasta ingenieros en hidrógeno verde— será determinante para materializar la transición, ya que permitirá asegurar que la innovación se traduzca en capacidades locales y empleo sostenible.

En definitiva, el futuro energético de Colombia depende de su capacidad para acelerar la ejecución de proyectos renovables, fortalecer la infraestructura y garantizar seguridad de suministro sin comprometer la sostenibilidad. Si el país logra destrabar inversiones y consolidar un entorno regulatorio estable, entonces podrá convertir la transición energética en una palanca de crecimiento económico, inclusión social y competitividad hacia 2030.

Fuentes

Defelipe, S. (13 de febrero de 2025). Más del 10% del consumo energético en Colombia es solar. Impacto TIC. https://impactotic.co/micrositios-tic/impacto-eco/transicion-energetica-en-colombia-impacto-y-perspectivas/

El futuro energético de Colombia: Impulso sostenible con energías renovables. (29 de mayo de 2025). SITTCA. https://sittca.com.co/el-futuro-energetico-de-colombia-impulso-sostenible-con-energias-renovables/

Energía solar en Colombia: Panorama actual y proyección al 2030. (2025, 5 de mayo). Terrall SolNet. https://terrallsolnet.com/energia-solar-colombia-2030/

Frente a estrechez energética, se deben utilizar todas las fuentes disponibles”: ACIEM. (1 de agosto de 2025). Guía del Gas. https://guiadelgas.com/frente-a-estrechez-energetica-se-deben-utilizar-todas-las-fuentes-disponibles-aciem/

Restrepo, J. D. (2024). Energética 2030, en busca de futuro. Revista Descubre y Crea, 57(178). https://publicaciones.eafit.edu.co/index.php/revista-universidad-eafit/article/view/7931

Rincón Munar, N., & Nieto, J. D. (2024). Hacia una sociedad movida por el sol y el viento: Los retos y avances de la transición energética justa para la superación de las brechas energéticas. Planeación & Desarrollo. Departamento Nacional de Planeación. https://www.dnp.gov.co/publicaciones/Planeacion/Paginas/transicion-energetica.aspxRopero, S. (26 de diciembre de 2024). Energía renovable en Colombia: Resolver el lema energético. Departamento Nacional de Planeación. https://www.dnp.gov.co/publicaciones/Planeacion/Paginas/energia-renovable-en-colombia-resolver-el-trilema-energetico.aspx

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