Energía en Colombia: transición renovable y retos 2030

Posted on octubre 30th, 2025

energía en Colombia

El sector energético de Colombia atraviesa un momento decisivo. Por un lado, ha logrado avances significativos en la diversificación de su matriz eléctrica; por otro, enfrenta señales de alerta por la estrechez entre oferta y demanda, lo que genera preocupación sobre la seguridad del suministro de energía en el corto plazo.

Directivos y expertos coinciden en que el país avanza en la incorporación de energías renovables, aunque aún debe superar retos técnicos, sociales y regulatorios para garantizar un sistema energético confiable y sostenible.

Una matriz energética en transformación

Históricamente, la matriz energética colombiana ha estado dominada por fuentes hidráulicas, lo cual ha permitido una generación eléctrica con bajas emisiones. De esta manera, en 2023, la capacidad instalada total rondaba los 20 GW, de los cuales 66 % provenía de centrales hidroeléctricas, mientras que las plantas termoeléctricas a gas y carbón aportaban cerca de 6 GW, cumpliendo una función de respaldo.

Sin embargo, en los últimos años, la energía solar y eólica han ganado protagonismo. Aunque en 2023 representaban solo el 5,8 % de la generación eléctrica, su crecimiento ha sido acelerado.

Como resultado de esta dinámica, en 2025 la capacidad solar instalada supera los 2 GW —alrededor del 10 % del consumo eléctrico al mediodía—, gracias a la expansión de granjas solares, proyectos eólicos y programas de autogeneración distribuida, como paneles solares en techos industriales o comunitarios.

En consecuencia, estas iniciativas no solo diversifican la matriz, sino que también fortalecen la seguridad energética y promueven la inclusión territorial. Un ejemplo concreto es la Misión Transmisión, una estrategia gubernamental que amplía la red eléctrica para integrar fuentes renovables y llevar energía a regiones históricamente rezagadas, como Chocó y Nariño.

Riesgos y señales de alerta

A pesar de los avances, organismos técnicos han advertido sobre una creciente vulnerabilidad del sistema energético.
Según la Asociación Colombiana de Ingenieros (ACIEM), el país enfrenta un equilibrio frágil entre oferta y demanda, con posibilidad de déficits de energía y gas natural en el corto plazo. De mantenerse esta tendencia, podrían presentarse racionamientos regionales o nacionales, algo que no ocurre desde la crisis de 1992.

Fuente: Tomado de Diario  La República.

Los principales factores de riesgo identificados son:

  • Capacidad ajustada y retrasos en expansión: las reservas de generación firme son limitadas frente al aumento de la demanda. La entrada en operación de nuevos proyectos eléctricos y líneas de transmisión ha sufrido retrasos significativos.
  • Barreras ambientales y sociales: los procesos de licenciamiento y las consultas previas con comunidades han demorado proyectos clave, generando incertidumbre e incluso el retiro de inversión privada.
  • Incertidumbre en el suministro de gas: las reservas nacionales disminuyen y los nuevos hallazgos costa afuera no estarán disponibles antes de 2030. Además, las plantas de regasificación para importar gas avanzan lentamente, comprometiendo la cobertura futura para los sectores domiciliario e industrial.

Ante este panorama, ACIEM recomienda usar todas las fuentes energéticas disponibles de forma estratégica, combinando confiabilidad y sostenibilidad para evitar desabastecimientos.

Transición energética y visión hacia 2030

Colombia ha asumido metas ambiciosas en materia energética y climática. En este contexto, el Gobierno nacional impulsa una Transición Energética Justa, orientada a reducir en un 51 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y alcanzar la carbono-neutralidad en 2050.

En cuanto al ámbito eléctrico, el objetivo es diversificar la matriz, reducir la dependencia de los combustibles fósiles e incrementar la participación de las energías renovables no convencionales (ERNC). De hecho, la meta oficial apunta a que cerca del 23 % de la capacidad eléctrica provenga de estas fuentes para 2030, en contraste con el menos del 6 % observado en 2023.

Sin embargo, según un análisis de Dapper, al ritmo actual Colombia tardaría 28 años en alcanzar esa meta, lo que evidencia la necesidad de acelerar la ejecución y destrabar proyectos pendientes.

A pesar de este panorama, las proyecciones del sector son optimistas: si se logran superar los cuellos de botella, la capacidad solar podría superar los 12 GW hacia 2029, junto con una fuerte expansión eólica, especialmente en La Guajira.

Actualmente, existen 166 proyectos solares y eólicos listos para construcción, pero permanecen detenidos por trámites y permisos administrativos. Su puesta en marcha significaría miles de megavatios adicionales para el sistema.

Política, innovación y talento: pilares del cambio

Para dinamizar la transición energética, el Gobierno y los reguladores han adoptado medidas, entre ellas la Resolución CREG 075 de 2023, que flexibiliza la contratación de energía y promueve la participación de comunidades y privados. Asimismo, se retomaron las subastas de largo plazo, con el fin de ofrecer certidumbre a los inversionistas.

Innovación y conocimiento como motor

Por otro lado, la innovación tecnológica y la formación de talento humano es un pilar esencial. En este sentido, la alianza Energética 2030 (2018–2023), con una inversión cercana a 37 mil millones de pesos cofinanciada por Minciencias, vinculó a más de 300 investigadores de ocho universidades y empresas del sector. Gracias a este esfuerzo, el programa desarrolló once proyectos de alto impacto en energías renovables, almacenamiento, redes inteligentes y movilidad sostenible, cuyos resultados sirven hoy como insumo para la hoja de ruta de la transición energética nacional.

De igual manera, el desarrollo de capital humano especializado —desde técnicos en mantenimiento solar hasta ingenieros en hidrógeno verde— será determinante para materializar la transición, ya que permitirá asegurar que la innovación se traduzca en capacidades locales y empleo sostenible.

En definitiva, el futuro energético de Colombia depende de su capacidad para acelerar la ejecución de proyectos renovables, fortalecer la infraestructura y garantizar seguridad de suministro sin comprometer la sostenibilidad. Si el país logra destrabar inversiones y consolidar un entorno regulatorio estable, entonces podrá convertir la transición energética en una palanca de crecimiento económico, inclusión social y competitividad hacia 2030.

Fuentes

Defelipe, S. (13 de febrero de 2025). Más del 10% del consumo energético en Colombia es solar. Impacto TIC. https://impactotic.co/micrositios-tic/impacto-eco/transicion-energetica-en-colombia-impacto-y-perspectivas/

El futuro energético de Colombia: Impulso sostenible con energías renovables. (29 de mayo de 2025). SITTCA. https://sittca.com.co/el-futuro-energetico-de-colombia-impulso-sostenible-con-energias-renovables/

Energía solar en Colombia: Panorama actual y proyección al 2030. (2025, 5 de mayo). Terrall SolNet. https://terrallsolnet.com/energia-solar-colombia-2030/

Frente a estrechez energética, se deben utilizar todas las fuentes disponibles”: ACIEM. (1 de agosto de 2025). Guía del Gas. https://guiadelgas.com/frente-a-estrechez-energetica-se-deben-utilizar-todas-las-fuentes-disponibles-aciem/

Restrepo, J. D. (2024). Energética 2030, en busca de futuro. Revista Descubre y Crea, 57(178). https://publicaciones.eafit.edu.co/index.php/revista-universidad-eafit/article/view/7931

Rincón Munar, N., & Nieto, J. D. (2024). Hacia una sociedad movida por el sol y el viento: Los retos y avances de la transición energética justa para la superación de las brechas energéticas. Planeación & Desarrollo. Departamento Nacional de Planeación. https://www.dnp.gov.co/publicaciones/Planeacion/Paginas/transicion-energetica.aspxRopero, S. (26 de diciembre de 2024). Energía renovable en Colombia: Resolver el lema energético. Departamento Nacional de Planeación. https://www.dnp.gov.co/publicaciones/Planeacion/Paginas/energia-renovable-en-colombia-resolver-el-trilema-energetico.aspx

Desempleo en Colombia: evolución, bienestar y retos 2030

Posted on octubre 30th, 2025

desempleo en Colombia

A lo largo de los últimos 25 años, los picos de desempleo en Colombia han coincidido con periodos de crisis económicas. A comienzos de los 2000, la recesión interna y la crisis financiera elevaron la tasa por encima del 15 %. Años después, la crisis global de 2008–2009 tuvo un impacto más moderado, pero fue la crisis del COVID-19 la que provocó un desajuste sin precedentes: sectores enteros se paralizaron y el desempleo superó el 20 %.

Causas de los altos y bajos en la tasa de desempleo en Colombia

Más allá de los choques coyunturales, persisten causas estructurales que han mantenido la tasa en niveles altos: brechas educativas, informalidad y escasa experiencia laboral, entre otras.

Por el contrario, las caídas del desempleo han coincidido con periodos de expansión económica y reformas laborales. Durante la bonanza de los commodities y la llegada de inversión extranjera en los años 2000, se generaron miles de empleos formales.
Asimismo, políticas como la Ley 789 de 2002 —que flexibilizó ciertos costos laborales— buscaron estimular la contratación.

Más recientemente, la recuperación pos pandemia, apoyada en políticas públicas de estímulo al empleo, ha impulsado una mejoría sostenida.
A mediados de 2025, el desempleo alcanzó mínimos históricos, con registros del 8,8 % en abril y julio, las cifras más bajas para esos meses desde al menos 2001.

Sin embargo, algunos analistas advierten que parte de esta reducción tiene un componente estadístico: la tasa global de participación cayó de 64,5 % a 63,9 % en el último año. Es decir, hay menos personas buscando empleo activamente.
Factores como la migración, el desánimo o la dedicación a labores del hogar explican que miles hayan salido del mercado laboral. Si estos “desalentados” se contabilizaran como desempleados, la tasa real se ubicaría cerca del 10 %, no del 8,6 %.

En otras palabras, la mejora en las cifras oficiales no refleja del todo la realidad de un mercado laboral que aún enfrenta importantes desafíos.

Tener empleo no es sinónimo de bienestar: la calidad laboral bajo la lupa

Una baja tasa de desempleo no garantiza por sí misma bienestar social. “Estar ocupado no siempre equivale a bienestar”, coinciden expertos, al señalar la persistente precariedad del empleo en Colombia.

Hoy, más del 56 % de los trabajadores se desempeña en la informalidad. Incluso entre los nuevos empleos creados tras la pandemia, cerca del 74 % corresponde a trabajos informales o por cuenta propia. Esto implica que millones de colombianos laboran sin estabilidad, seguridad social o ingresos dignos.

El subempleo es otro síntoma crítico: muchos trabajadores desearían emplearse en ocupaciones acordes con su formación o trabajar más horas. Además, cerca del 40 % de los ocupados son independientes, lo que evidencia la limitada capacidad del país para generar empleo formal y de calidad.

Estas condiciones precarias se traducen en salarios bajos, falta de ahorro pensional y mínima cobertura de protección social, limitando el impacto positivo de estar empleado. Así, aunque la reducción del desempleo es una señal alentadora, se mantiene una “falsa sensación de bienestar” si el empleo que se crea no mejora las condiciones de vida.

Reducir el desempleo debe ir de la mano con aumentar la formalización, garantizar salarios dignos y ampliar la cobertura de beneficios laborales. Solo así el trabajo podrá ser verdaderamente un vehículo de bienestar social.

Desafíos 2030: empleabilidad, IA y nuevas habilidades

De cara a 2030, el país enfrenta un escenario de transformación laboral acelerada por los avances tecnológicos y los cambios demográficos.
La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización representa tanto un riesgo como una oportunidad.

Por un lado, la sustitución de tareas repetitivas podría desplazar empleos en sectores manufactureros, financieros y administrativos; por otro, surgirán nuevas ocupaciones en tecnología, análisis de datos, economía digital y sostenibilidad.

Se estima que cerca del 39 % de las habilidades laborales actuales cambiarán antes de 2030, lo que exige trabajadores más capacitados y con formación continua.

Invertir en competencias digitales, programación, análisis de datos y habilidades STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) será clave para fortalecer la empleabilidad. Asimismo, las habilidades blandas —como la creatividad, la comunicación efectiva y la adaptabilidad— cobrarán un valor diferencial frente a los avances de la IA.

En este contexto, la colaboración entre gobierno, empresas y academia será determinante. Las políticas públicas deben priorizar la capacitación masiva de trabajadores en riesgo de obsolescencia y fortalecer la educación técnica y superior alineada con las necesidades del mercado. A su vez, las empresas deben invertir en la reconversión laboral de sus equipos, promoviendo programas de aprendizaje continuo y adopción tecnológica.

Solo con una estrategia integral se podrán mitigar los efectos negativos de la automatización y aprovechar el potencial de productividad que ofrecen las nuevas tecnologías.

Colombia ha logrado reducir el desempleo a mínimos históricos en 2025, pero el verdadero desafío está en sostener ese avance con empleos de calidad y preparar al talento humano para los trabajos del futuro. Construir un mercado laboral más inclusivo, dinámico y adaptable, donde el empleo sea sinónimo real de bienestar, es la meta que el país debe trazarse rumbo a 2030.

Fuentes

Alguero, M. (30 de septiembre de 2025). Detrás del 8,6%, la cifra más baja de desempleo en Colombia, hay un dato extraño y mucho desaliento. El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/negocios/razones-desaliento-detras-desemplo-y-empleo-colombia-2025-JJ29574940

Departamento Administrativo Nacional de Estadística (2025). Boletín técnico: Mercado laboral – agosto 2025. DANE. https://www.dane.gov.co/index.php/en/statistics-by-topic/labor-market/employment-and-unemployment

Pianeta, T. (1 de septiembre de 2025). Colombia alcanza la tasa de desempleo más baja del siglo. Señal Colombia. https://www.senalcolombia.tv/colombia-tasa-desempleo-mas-bajo-en-el-siglo

Tamayo, M. (2025, 3 de abril). Desempleo en Colombia: proyecciones 2025. Blog de Alegra. https://blog.alegra.com/colombia/desempleo-en-colombia/

Trading Economics (2025). Tasa de desempleo en Colombia (2001–2025). https://es.tradingeconomics.com/colombia/unemployment-rate

Villamizar, A. (27 de julio de 2025). ¡Pilas! Revelan la lista de empleos que la IA desplazará en los próximos 5 años. El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/negocios/contaduria-y-mas-empleos-que-la-ia-acabaria-a-2030-DL28323624

Economía colombiana 2025 y perspectivas 2026

Posted on octubre 30th, 2025

economía colombiana

La economía colombiana cerrará el año 2025 con un crecimiento moderado pero estable, en un contexto de persistentes desequilibrios fiscales y retos estructurales que definirán el rumbo económico en 2026.

Balance 2025

Todo indica que el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia crecerá un 2,5 %, ligeramente por debajo del promedio histórico del 3 %, impulsado principalmente por la demanda interna.

La inflación, aunque descendió hasta bordear el 5 % anual, continúa por encima de la meta del 3 % del Banco de la República.

Asimismo, el déficit fiscal se mantiene elevado —cerca del 7 % del PIB— y la deuda pública sigue en aumento, lo que representa un riesgo para la estabilidad macroeconómica.

De cara a 2026, los analistas proyectan una leve aceleración del crecimiento (entre 2,7 % y 3,0 %) y una reducción gradual de la inflación. Sin embargo, el cumplimiento de estas proyecciones dependerá de la capacidad del país para corregir sus desequilibrios fiscales, estimular la inversión y preservar la confianza en un contexto político y global retador.

Crecimiento moderado de la economía colombiana en 2025

La economía colombiana en 2025 ha consolidado una expansión modesta pero positiva, luego de la fuerte recuperación post-pandemia de años previos. Según las proyecciones de BBVA Research, el PIB nacional aumentaría 2,5 % en 2025, ritmo cercano al estimado por otras entidades (el Banco de la República pronosticaba ~2,8 %).

Si bien este crecimiento se mantiene por debajo del potencial estimado del 3 %, superó ligeramente las expectativas iniciales y estuvo impulsado principalmente por el consumo de los hogares. De hecho, el gasto de las familias siguió siendo el motor principal de la actividad, sostenido en parte por la desaceleración de los precios y el ingreso de remesas en niveles récord que mejoraron el poder adquisitivo. 

Servicios en alza y sectores productivos rezagados

Sectores orientados al consumo, especialmente los servicios (como comercio, transporte, entretenimiento), mostraron un desempeño dinámico y aportaron de forma notable al crecimiento. En contraste, actividades como la industria manufacturera y la agricultura avanzaron con mayor lentitud y la minería petrolera se mantuvo débil.

La inversión fija mostró un comportamiento mixto. Por un lado, la inversión en maquinaria y equipo registró una leve recuperación, dejando de ser un factor de freno para el PIB; por otro, la construcción —tanto residencial como no residencial— permaneció rezagada, reflejando la compleja situación que atraviesa el sector.

Desempeño desigual entre sectores y comercio exterior débil

En el primer semestre de 2025 el desempeño de la economía colombiana fue heterogéneo. Las ventas de vehículos nuevos aumentaron un 23 %, reflejando una mayor confianza del consumidor. En contraste, la producción petrolera descendió un 4 % y la actividad constructora se contrajo más del 7 %, mostrando la fragilidad de sectores clave. Además, las exportaciones de bienes apenas crecieron un 2 % en la primera mitad del año, lo que evidencia un entorno externo débil y una recuperación interna todavía desigual.

En resumen, el desempeño de la economía colombiana 2025 se ha distinguido por un crecimiento moderado pero sostenido, apoyado en la resiliencia de la demanda interna y en nichos específicos del consumo. No obstante, la debilidad de varios sectores productivos limitó el ritmo de expansión, manteniéndolo por debajo del promedio histórico del 3 %.

Descenso de la inflación y prudencia en la política monetaria

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ha ubicado en torno al 5 % interanual, su nivel más bajo desde 2021, tras los picos inflacionarios registrados entre 2022 y 2023. Esta moderación refleja los efectos de la política monetaria restrictiva y la disminución de los choques externos.

Aun así, rubros como alimentos, servicios públicos, transporte y educación continúan ejerciendo presión sobre los precios, lo que ha limitado una reducción más marcada en la inflación.

Déficit fiscal y deuda: principal foco de preocupación

A diferencia del comportamiento de los indicadores reales, el frente fiscal se ha consolidado como la principal fuente de preocupación en la economía colombiana 2025. El país enfrenta un período de alto déficit y creciente endeudamiento, resultado del aumento sostenido del gasto público y de ingresos insuficientes en los últimos años.

Tras los esfuerzos de consolidación fiscal emprendidos entre 2021 y 2022, el déficit del Gobierno volvió a ampliarse de manera significativa. En 2024 se situó alrededor del 7,1 % del PIB, uno de los niveles más altos en décadas, solo superado por los registrados durante la crisis de 1999 y la pandemia de 2020.

Gasto público al alza

Para 2025, las autoridades mantuvieron un déficit cercano al 7 % del PIB, amparadas en la activación de la “cláusula de escape” de la regla fiscal. El gasto del Gobierno nacional ha aumentado con fuerza, pasando de representar cerca del 18,7 % del PIB en 2019 a 23,2 % en 2024, impulsado principalmente por mayores desembolsos en subsidios (como el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles –FEPC–), salud, programas sociales e intereses de la deuda.

El mayor esfuerzo de recaudo no logró compensar la expansión del gasto, llevando nuevamente el déficit primario a terreno negativo (alrededor de –2,4 % del PIB en 2024).

Advertencias del CARF

Con este panorama, Colombia inició 2025 con un riesgo fiscal elevado. En junio, el Comité Autónomo de la Regla Fiscal (CARF) advirtió que aplazar el ajuste podría aumentar las primas de riesgo, presionar el tipo de cambio y la inflación, y, en última instancia, afectar el bienestar económico. De hecho, el organismo emitió un concepto desfavorable a la extensión de la cláusula de escape, al considerar insuficientes las justificaciones del Gobierno para desviarse de la senda de consolidación establecida por la ley.

Descripción: Deuda pública colombiana por las nubes. Fecha de evento: 21/06/2025. Fuente: Banco de la República y MinHacienda. Gráfico: Departamento de Infografía, Ricardo Ramírez Pérez.

Proyecciones 2026: leve recuperación

El consenso de los analistas anticipa un crecimiento económico entre 2,7 % y 3,0 % para 2026, impulsado principalmente por una mayor participación de la inversión en la actividad productiva.

El consumo privado seguirá siendo el principal motor de la economía colombiana, sostenido por la mejora en el ingreso real de los hogares, la moderación de la inflación y unas condiciones crediticias más favorables. 

Si las tasas de interés continúan descendiendo y se reactivan los proyectos de infraestructura, el sector de la construcción podría iniciar una recuperación gradual, en especial en el segmento de vivienda.

Optimismo moderado entre los analistas

De acuerdo con las proyecciones, BBVA Research estima un crecimiento del 2,7 %, mientras que el equipo económico de Bancolombia prevé una expansión del 3,0 %, reflejando un optimismo moderado sobre el repunte de la demanda interna.

A diferencia de 2025, se espera que en 2026 la inversión fija tenga un papel más relevante, impulsada por la ejecución de proyectos de infraestructura pública y la reactivación del sector constructor tras su pronunciada contracción. Hacia finales del año, la vivienda podría mostrar señales más claras de recuperación si las tasas de interés se estabilizan en niveles bajos y se reactivan los incentivos al sector.

Asimismo, actividades como el comercio, la agroindustria y el entretenimiento, que han liderado la reactivación reciente, mantendrán su dinamismo, contribuyendo al fortalecimiento del mercado interno y a la consolidación de una recuperación paulatina, aunque frágil.

Entorno internacional

En el plano internacional, el escenario previsto para 2026 sería relativamente similar al de 2025: sin grandes impulsos externos, pero con un mayor grado de estabilidad en los principales mercados.

A nivel global, se proyecta un crecimiento cercano al 2,6 %, según estimaciones de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Estados Unidos experimentaría una ligera desaceleración, seguida de una moderada recuperación en 2026, mientras que la zona euro y China registrarían expansiones modestas, en un contexto de demanda global aún contenida.

En América Latina, el panorama continuará condicionado por la menor demanda proveniente de China y por un intenso ciclo electoral regional, factores que podrían restringir la atracción de inversión y moderar el dinamismo comercial.

No obstante, persisten riesgos globales que podrían alterar las proyecciones: una posible recesión en Estados Unidos, el recrudecimiento de tensiones geopolíticas o fluctuaciones pronunciadas en los precios de los commodities —como el petróleo o el café—. Ante este entorno incierto, las autoridades colombianas deberán mantener una postura prudente y con márgenes de maniobra suficientes para responder a factores externos adversos.

Credibilidad e inversión extranjera

Uno de los principales desafíos para Colombia será restablecer la confianza de los inversionistas y garantizar un entorno de estabilidad jurídica y previsibilidad económica.

El 2026 será un año electoral —con comicios presidenciales y legislativos—, lo que históricamente incrementa la incertidumbre en el clima de negocios y puede retrasar decisiones de inversión.

En este contexto, el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo advirtió que el Proyecto de Presupuesto General para 2026 presenta un faltante superior a $55 billones, equivalente a cerca del 10 % del presupuesto nacional, reflejo de un gasto expansivo sin fuentes de ingreso suficientes.

Restrepo también cuestionó la reforma tributaria, señalando su falta de rigor técnico y el mayor peso impositivo sobre las empresas, lo que —según explicó— encarece el capital y desincentiva la inversión privada. En su opinión, la prioridad debería centrarse en reactivar la economía colombiana y fortalecer la confianza, recordando que “la mejor reforma fiscal es crecer”.

A paso lento

En definitiva, las perspectivas para 2026 apuntan a una economía colombiana con una leve aceleración, sostenida por la resiliencia del consumo interno y una inflación más controlada. Sin embargo, su consolidación dependerá de la capacidad del país para enfrentar los desequilibrios estructurales que aún persisten.

Necesidad de un ajuste fiscal creíble

Colombia necesita un ajuste fiscal creíble que garantice la sostenibilidad de la deuda y recupere margen de maniobra presupuestal, acompañado de reformas en materia tributaria, de gasto y de productividad. A mediano plazo, fortalecer la productividad, la formalización laboral y la seguridad será esencial para atraer inversión y sostener el crecimiento.

El gobierno que asuma después de las elecciones de 2026 tendrá el desafío de construir consensos que permitan reducir la presión fiscal y restablecer la disciplina macroeconómica. Si se logra restaurar la confianza y preservar la estabilidad, el país podría iniciar una etapa de consolidación económica.

De lo contrario, la inacción frente a los desequilibrios podría traducirse en menor crecimiento, mayores costos de financiamiento y una vulnerabilidad creciente ante choques externos.

La reactivación de la economía colombiana será un proceso gradual, más que un impulso transitorio. Su éxito dependerá de la coordinación efectiva entre las políticas fiscal, monetaria y productiva, en línea con lo planteado por diversos centros de análisis.

En 2026, Colombia jugará una carta decisiva: consolidar un crecimiento sostenible y equilibrado, o ceder terreno ante los desequilibrios acumulados.

Fuentes

BBVA Research. (24 de septiembre de 2025). La economía de Colombia crecerá 2,5% en 2025, con grandes retos fiscales. BBVA.com. https://www.bbva.com/es/co/economia-y-finanzas/bbva-research-la-economia-de-colombia-crecera-25-en-2025-con-grandes-retos-fiscales/

Clavijo Muñoz, L., Mojica Agudelo, J. L., González Rodríguez, M. P., Bernal Rojas, M., Salgado Ortegón, L. D., & Guáqueta Sterling, V. (30 de septiembre de 2025). Perspectivas económicas para Colombia y el mundo en 2026. Capital Inteligente – Grupo Bancolombia. www.bancolombia.com/empresas/capital-inteligente/actualidad-economica-sectorial/perspectivas-economicas-2026

Alguero, M. O. (1 de julio de 2025). Así va la economía en Colombia al cierre del primer semestre de 2025. El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/negocios/como-va-economia-colombia-cierre-primer-semestre-2025-JM27905095

Redacción Semana. (12 de septiembre de 2025). Perspectivas 2026: el reto de recuperar inversión y confianza en una economía en tensión. Semana (Foros Semana & Fiduciaria Bogotá). Revista Semana. https://www.semana.com/foros-semana/articulo/perspectivas-2026-el-reto-de-recuperar-inversion-y-confianza-en-una-economia-en-tension/202547/

Educación en riesgo: cuando la violencia amenaza el derecho a aprender

Posted on octubre 6th, 2025

Lo que antes representaba un espacio de conocimiento, protección y desarrollo, hoy enfrenta amenazas que vulneran el derecho a la educación y la seguridad de miles de niños y docentes. Solo en el primer semestre de 2025, más de 1.400 sedes educativas fueron catalogadas como escuelas en riesgo debido al recrudecimiento del conflicto armado.

En Colombia, la educación se encuentra en una situación de creciente vulnerabilidad donde la violencia, el desplazamiento y la falta de infraestructura adecuada amenazan la continuidad académica de miles de niños y jóvenes del país, una crisis silenciosa que socava los cimientos de la sociedad.

Un panorama alarmante

El Consejo Noruego para Refugiados (NRC) documentó que cada tres días se registra un ataque a la educación en Colombia (NRC, 2025a). Solo entre enero y junio, se reportaron 523 incidentes en seis departamentos, afectando directamente a 9.436 personas, de las cuales el 93 % fueron niñas, niños y adolescentes (NRC, 2025b).

La tendencia muestra un empeoramiento en comparación con 2024 y los ataques se concentran cada vez más dentro de las escuelas. Mientras que el año pasado el 51 % de los ataques se dieron en instituciones educativas, en 2025 esa cifra subió al 61 % (NRC, 2025b).

Voces desde los territorios

“Durante la jornada escolar, se acerca el grupo armado, se lleva a los niños y profesores durante una hora y allá les indican que el control territorial lo tiene ese grupo armado”, relató un funcionario en el suroccidente del país (NRC, 2025b).

En departamentos como Chocó, los ataques se incrementaron en un 128 % respecto al año anterior, impactando principalmente a comunidades indígenas y afrodescendientes. En Norte de Santander, el aumento fue del 38 %, convirtiéndose en el territorio con más ataques registrados (NRC, 2025b).

Los testimonios reflejan un clima de miedo: estudiantes que dejan de asistir, docentes que evitan denunciar por temor a represalias y familias que sienten que la escuela ha perdido su carácter de espacio seguro.

Consecuencias inmediatas

El 67 % de los ataques obligaron a suspender las clases presenciales. En promedio, los cierres duraron una semana, aunque en algunos casos se prolongaron hasta tres, con impactos graves en el aprendizaje y la salud emocional de los niños (NRC, 2025b).

El uso de minas antipersonales y artefactos explosivos sin detonar en entornos escolares representa otro factor crítico. Más de una decena de incidentes estuvieron directamente asociados con estos artefactos, aumentando el riesgo de lesiones permanentes o muerte (NRC, 2025b).

Educación en riesgo: una respuesta insuficiente

A pesar de los compromisos asumidos por el Estado en la Declaración de Escuelas Seguras, solo el 10 % de los casos recibieron atención efectiva y oportuna en el primer semestre de 2025 (NRC, 2025b). La falta de presencia institucional, el subregistro por miedo a denunciar y la limitada capacidad de respuesta perpetúan la vulnerabilidad de la comunidad educativa.

Las historias de estudiantes que abandonan clases por miedo, de docentes intimidados y de comunidades atrapadas en la confrontación armada exigen un compromiso real del Estado, la cooperación internacional y la sociedad en su conjunto.

El derecho a la educación, consagrado en la Constitución y en tratados internacionales, no puede seguir condicionado por el fuego cruzado. Proteger la educación es proteger el futuro.

Fuentes

El Espectador. (17 de septiembre de 2025). Más de 1.400 sedes educativas en riesgo por conflicto armado en lo que va de 2025. El Espectador. https://www.elespectador.com/educacion/mas-de-1400-sedes-educativas-en-riesgo-por-conflicto-armado-en-lo-que-va-de-2025/

Norwegian Refugee Council (NRC). (2025a, enero). Colombia: un ataque a la educación cada tres días. NRC. https://nrc.org.co/ultimas-noticias/colombia-un-ataque-a-la-educacion-cada-tres-dias/

Norwegian Refugee Council (NRC). (2025b, julio). Reporte semestral de escuelas seguras 2025 (enero–junio 2025). https://www.elespectador.com/educacion/mas-de-1400-sedes-educativas-en-riesgo-por-conflicto-armado-en-lo-que-va-de-2025/


Decreto 1017 de 2025: cambios en el transporte de carga en Colombia

Posted on octubre 6th, 2025

El Gobierno de Colombia expidió el Decreto 1017 de 2025, una reforma que introduce cambios estructurales al régimen del transporte de carga en Colombia. 

La medida responde a demandas históricas de transportadores, empresas generadoras de carga y pequeños propietarios de vehículos, con el objetivo de reducir desigualdades, mejorar condiciones laborales, impulsar la formalización y modernizar los sistemas de control.

Antecedentes

El Decreto 1017 de 2025 es el resultado de un amplio proceso de concertación que recogió más de 1.200 aportes de transportadores, generadores y gremios del sector.

La ministra de Transporte, María Fernanda Rojas, afirmó que la norma busca “dignificar la labor de los conductores y propietarios de vehículos de carga” y equilibrar las relaciones económicas dentro de la cadena logística.

1. Equilibrio económico en la cadena logística

  • Establecimiento de mínimos obligatorios en salarios, prestaciones sociales, mantenimiento de vehículos, y tiempos de carga y descarga.
  • Reducción de los requisitos patrimoniales para que pequeños transportadores puedan constituir empresas formalmente.
  • Habilitación para que los vehículos particulares de carga puedan convertirse en vehículos de servicio público.

2. Programas de reposición vehicular ampliados

Por primera vez, incluyeron vehículos livianos de carga y volquetas al fondo de reposición, lo que amplía los beneficios a propietarios que hasta ahora estaban excluidos.

3. Modernización del control y vigilancia con tecnología

  • Fortalecimiento del Sistema Integrado de Información para el Transporte de Carga (SICETAC) y del Registro Nacional de Despachos de Carga (RNDC).
  • Implementación de supervisión remota de básculas para mayor trazabilidad y transparencia.

4. Transparencia y datos como herramientas de política pública

  • Obligación de reporte al RNDC para todas las operaciones de transporte de carga, incluidas las de ganado menor.
  • Uso de datos para diseñar políticas públicas con mayor impacto social y económico.

Alcance y vigencia del Decreto 1017 de 2025

El Decreto 1017 de 2025 entró en vigor el 22 de septiembre de 2025 y aplica para todos los actores de la cadena de transporte de carga: transportadores grandes y pequeños, propietarios de vehículos particulares que busquen formalizarse, generadores de carga y entidades de control.

Implicaciones y desafíos

  • Para los transportadores pequeños: la reducción de barreras patrimoniales y la inclusión en programas de reposición pueden aumentar su formalización y dar acceso a beneficios técnicos y financieros. No obstante, deberán adaptarse rápidamente a los estándares técnicos y de mantenimiento exigidos.
  • Para los generadores de carga: tendrán mayor responsabilidad en garantizar condiciones justas de pago, tiempos de carga/descarga, y cumplir con los nuevos reportes, lo que implica mayores exigencias operativas.
  • Retos de transición: la norma entra en un contexto con desigualdades regionales, limitaciones logísticas y problemas de acceso a financiamiento para los más pequeños; además, algunos actores podrían resistirse por los costos iniciales que implica adaptar flota, capacitar personal o cumplir con los mantenimientos requeridos.
  • Para el Estado y control institucional: será clave implementar tecnología y vigilancia efectiva para que los nuevos estándares se cumplan, así como asegurar que los sistemas de reporte y datos (RNDC, básculas remotas etc.) operen con fiabilidad.

Beneficios del Decreto 1017 de 2025

  • Mayor equidad entre grandes empresas y pequeños transportadores.
  • Mejores condiciones laborales para los conductores, con impacto positivo en la seguridad vial y la calidad del servicio.
  • Reducción de la informalidad en el sector transporte.
  • Renovación de flota con menores emisiones contaminantes y riesgos mecánicos.

El Decreto 1017 de 2025 marca un punto de inflexión para el transporte de carga en Colombia. Más que ajustes regulatorios, representa la oportunidad de reconfigurar una cadena logística más justa, moderna y sostenible. Su éxito dependerá de la implementación efectiva, la supervisión estatal y el acompañamiento a los transportadores más vulnerables en la integración tecnológica, y en que los cambios normativos sean acompañados por políticas que mitiguen los costos de adaptación.

Fuentes

Ministerio de Transporte de Colombia. (22 de septiembre de 2025). El Gobierno del cambio transforma el transporte de carga en Colombia: entra en vigencia histórico decreto que equilibra la cadena logística. https://mintransporte.gov.co/publicaciones/12124/el-gobierno-del-cambio-transforma-el-transporte-de-carga-en-colombia-entra-en-vigencia-historico-decreto-que-equilibra-la-cadena-logistica/

Galeano, P. (22 de septiembre de 2025). ¿Tiene camiones de carga liviana o volquetas? Con estos nuevos planes puede reponerlos. Portafolio. https://www.portafolio.co/negocios/industrias/gobierno-expide-decreto-que-reforma-el-transporte-de-carga-en-colombia-640452

Radio Nacional de Colombia. (2025, septiembre 23). MinTransporte publica decreto para reformar el transporte de carga en Colombia. Radio Nacional de Colombia. https://www.radionacional.co/actualidad/mintransporte-publica-decreto-para-reformar-el-transporte-de-carga-en-colombia

Martínez, L. (22 de septiembre de 2025). Entró en vigencia decreto que reforma de manera estructural el transporte de carga. La República. https://www.larepublica.co/economia/entro-en-vigencia-decreto-que-reforma-de-manera-estructural-el-transporte-de-carga-4230519

Colombia 2025: desafío humanitario y riesgos del recrudecimiento del conflicto armado

Posted on julio 9th, 2025

En 2025, Colombia ha enfrentado un recrudecimiento del conflicto armado y de la violencia, lo cual ha generado impactos significativos en el tejido social y en las condiciones humanitarias. Además, esta situación no solo representa un reto en materia de seguridad y gobernabilidad territorial, sino que también introduce riesgos relevantes para la estabilidad económica, la inversión extranjera y la continuidad de las políticas de desarrollo.

Entre enero y abril, más de 950.000 personas resultaron afectadas por enfrentamientos, desplazamientos masivos, confinamientos y restricciones a la movilidad en diversas regiones del país.

En comparación, esta cifra representa un aumento de cuatro veces con respecto al mismo periodo de 2024, lo que equivale a casi 7.900 personas impactadas diariamente y más de 238. 000 cada mes.

Regiones más afectadas por el conflicto armado en Colombia

El informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) detalla que las regiones más afectadas son el Pacífico, la Orinoquía‑Amazonía y el norte de Santander, con epicentros de crisis en departamentos como Cauca, Chocó, Caquetá y Norte de Santander.

Por ejemplo, en el Catatumbo, los combates entre el ELN y las disidencias de las FARC han provocado al menos 58.500 víctimas de desplazamiento forzado masivo solo en lo que va del año.

Además, se han registrado confinamientos prolongados que obstaculizan el acceso a servicios básicos y educación, especialmente en zonas rurales, aumentando la vulnerabilidad de comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas.

A esto se suman ataques deliberados contra población civil (amenazas, desapariciones forzadas, violencia sexual y homicidios colectivos) que crecieron un 112 % en los primeros cuatro meses de 2025.

Por otro lado, el uso de artefactos explosivos (minas antipersonales, munición sin explotar y trampas explosivas) aumentó en un 98 %, siendo el Cauca el epicentro del 24 % de estos eventos. Por su parte, la Relatoría de Naciones Unidas alertó que, durante el mismo periodo, al menos tres líderes sociales fueron asesinados cada semana, una cifra apenas inferior a la registrada en 2023.

Principales riesgos del conflicto armado para la estabilidad

  • Desplazamiento y fragmentación social: Los desplazamientos forzados masivos profundizan la pobreza, rompen el tejido comunitario y desplazan a familias enteras a zonas urbanas sin capacidad de integración.
  • Erosión de la confianza en el Estado: La falta de presencia estatal efectiva en territorios periféricos alimenta la impunidad y refuerza la lógica de los grupos armados como proveedores de seguridad “alternativa”.
  • Violencia selectiva contra defensores de derechos: Human Rights Watch documenta que, entre enero y agosto, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos recibió 138 denuncias de asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos, poniendo en evidencia la persistente vulnerabilidad de quienes trabajan por la paz.
  • Riesgo de escalada y regionalización: La confluencia de economías ilícitas (cultivos, minería ilegal) y disputas por territorios estratégicos podría extender el conflicto a zonas antes relativamente seguras.

Acciones de política pública

Para mitigar estos riesgos y restablecer condiciones de paz sostenible, es urgente implementar un conjunto coordinado de medidas:

Ampliar la presencia estatal y servicios básicos

  • Desplegar unidades integrales de seguridad y movilidad humanitaria en corredores de alta tensión.
  • Fortalecer la infraestructura educativa y de salud en zonas afectadas, con enfoque diferencial para poblaciones étnicas.

Protección efectiva de líderes y defensores

  • Poner en marcha las medidas contempladas en la Ley 1448 (Víctimas) y el Sistema Nacional de Protección, garantizando rápida atención y protocolos preventivos en territorios de alto riesgo.
  • Integrar alertas tempranas basadas en análisis de riesgo territorial y participación comunitaria.

Reactivación económica local y vías de legalidad

  • Impulsar proyectos de desarrollo alternativo con enfoque agroecológico y cadenas de valor campesinas, financiados por cooperación internacional y banca multilateral.
  • Facilitar el acceso a microcréditos y asistencia técnica, evitando que las familias recurran a economías ilícitas.

Justicia transicional y reconciliación

  • Fortalecer la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) con recursos para acelerar procesos de esclarecimiento y reparación.
  • Promover comisiones de la verdad territoriales y mesas de diálogo con participación de víctimas y organizaciones sociales.

Cooperación interinstitucional y coordinación regional

  • Establecer mesas de gobernanza multinivel (nacional‑departamental‑municipal) que articulen fuerzas públicas, organismos de control y organizaciones comunitarias.
  • Aprovechar tecnologías de georreferenciación y data abierta para monitoreo en tiempo real de alertas de violencia.

Gracias a estas acciones, Colombia puede transitar de un ciclo de violencia crónica a un proceso de paz, con presencia efectiva del Estado, justicia para las víctimas y alternativas económicas legítimas.

No obstante, aunque el desafío es coordinado y de largo plazo, es igualmente cierto que la urgencia de reducir el impacto humanitario hace indispensable establecer compromisos políticos claros y mecanismos transparentes de seguimiento.

Fuentes

EFE. (9 de junio de 2025). Violencia y conflicto en Colombia afectaron a más de 950.000 personas entre enero y abril. Swissinfo. https://www.swissinfo.ch/spa/violencia-y-conflicto-en-colombia-afectaron-a-m%C3%A1s-de-950.000-personas-entre-enero-y-abril/89486880

Infobae. (7 de junio de 2025). Violencia aumenta en Colombia: conflicto armado ha afectado a más de 953 300 personas en los primeros meses de 2025. Infobae. https://www.infobae.com/colombia/2025/06/07/violencia-aumenta-en-colombia-conflicto-armado-ha-afectado-a-mas-de-950000-personas-en-los-primeros-meses-de-2025/

Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. (5 de junio de 2025). Informe de Situación Humanitaria entre enero y abril de 2025. Monitor OCHA. https://www.unocha.org/publications/report/colombia/informe-de-situacion-humanitaria-2025-datos-acumulados-entre-enero-y-abril-de-2025-fecha-de-publicacion-07-de-junio-de-2025

Human Rights Watch. (2024). World Report 2025: Colombia. https://www.hrw.org/world-report/2025/country-chapters/colombia

La Ruta de la Seda: oportunidades y desafíos para Colombia

Posted on julio 9th, 2025

La Ruta de la Seda, lanzada por China en 2013, es una estrategia global que busca fortalecer la infraestructura, conectividad y cooperación entre Asia, Europa, África y América Latina. Para países emergentes, como Colombia, representa una posibilidad concreta de acceso a financiamiento, tecnología y nuevos mercados, en un contexto internacional cada vez más interdependiente.

En este contexto, Colombia ha dado un paso estratégico al adherirse oficialmente a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés), a través de un memorando de entendimiento firmado por el presidente Gustavo Petro durante su visita a China. Sin embargo, esta decisión abre un abanico de oportunidades, pero también plantea riesgos geopolíticos, financieros y la necesidad de una gobernanza sólida que garantice resultados sostenibles y alineados con las prioridades nacionales.

Ventajas de la adhesión a la Ruta de la Seda para Colombia

  • Desarrollo de infraestructura: La adhesión facilitará la ejecución de proyectos clave para modernizar puertos, ferrocarriles y carreteras, así como para expandir las redes digitales. En este sentido, iniciativas como el Metro de Bogotá o los corredores férreos podrían beneficiarse de una mayor inversión china, lo que impulsaría significativamente la conectividad interna y regional.
  • Diversificación comercial: Al integrarse en corredores terrestres, marítimos y digitales con Asia y África, Colombia tendrá la posibilidad de acceder a nuevos mercados emergentes. Esto, a su vez, contribuirá a reducir la dependencia económica de Estados Unidos y a fomentar las exportaciones de productos agrícolas y energéticos.
  • Transferencia tecnológica y energética: Además, China ofrece amplia experiencia en sectores estratégicos como la energía renovable (eólica, solar e hidroeléctrica) y las tecnologías de inteligencia artificial. Gracias a ello, Colombia podría acelerar su transición energética y fortalecer el desarrollo de industrias basadas en la innovación y el conocimiento.
  • Financiamiento y crédito: Finalmente, en el marco de la reunión China–CELAC, Pekín anunció líneas de crédito por miles de millones de dólares destinadas a América Latina. Este tipo de apoyo facilitaría el financiamiento de grandes obras de infraestructura en la región, incluida Colombia.

Desafíos y riesgos estratégicos para Colombia

  • Desequilibrio en la balanza comercial: En 2024, Colombia registró un déficit de más de USD 12.000 millones frente a China, importando mucho más de lo que exporta. De no implementarse una estrategia inteligente, este déficit podría agravarse aún más en el mediano plazo.
  • Competencia para la industria local: Por otro lado, la economía centralizada y subsidiada de China puede inundar el mercado con productos manufacturados a bajo costo, lo que pone en clara desventaja a las empresas colombianas que carecen de competitividad internacional.
  • Condiciones del memorando: Además, el acuerdo firmado es un memorando de entendimiento sin compromisos vinculantes; por lo tanto, los detalles de contrapartidas y proyectos específicos aún deben negociarse, lo que añade un nivel de incertidumbre importante sobre los beneficios reales que podría obtener el país.

Riesgos geopolíticos y preocupaciones de soberanía

  • Repercusiones geopolíticas: Estados Unidos, principal socio comercial y aliado de Colombia, podría reaccionar con sanciones o restricciones de financiamiento a proyectos en los que participen empresas estatales chinas. En consecuencia, sectores como flores y café, altamente dependientes del mercado estadounidense, podrían verse afectados si se deteriora esa relación bilateral.
  • Endeudamiento: Asimismo, la magnitud de la inversión china puede conllevar niveles de endeudamiento elevados para el Estado colombiano, lo que podría comprometer la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
  • Seguridad de datos y soberanía: Por último, el manejo de infraestructuras de telecomunicaciones y datos bajo estándares chinos plantea debates importantes sobre privacidad y control de información sensible, generando inquietudes en torno a la soberanía digital del país.

La participación de Colombia en la Iniciativa de la Franja y la Ruta representa una oportunidad estratégica para modernizar su infraestructura, mejorar la conectividad y cerrar brechas en transporte, energía y comunicaciones.

Además, permite diversificar mercados, disminuir la dependencia de socios tradicionales y fortalecer los vínculos con Asia. Gracias a este acercamiento, se proyecta el potencial de atraer inversión extranjera en sectores clave como logística, tecnología, manufactura y energías limpias, lo que contribuiría a elevar la competitividad del país en un entorno global cada vez más interconectado.

Aunque esta adhesión representa una oportunidad para Colombia, su implementación exige una gestión cuidadosa y un equilibrio geopolítico. Para evitar que los beneficios comprometan la soberanía o la estabilidad económica, será clave definir con transparencia los términos del acuerdo, mantener una balanza comercial sostenible y promover un diálogo equilibrado con actores clave como Estados Unidos y la Unión Europea.

Solo así se garantizará una participación responsable, alineada con los intereses nacionales de desarrollo a largo plazo.

Fuentes

France24. (14 de mayo de 2025). Colombia y la Ruta de la Seda de China: la firma del plan de cooperación que desafía a EE. UU. France24. https://www.france24.com/es/programas/econom%C3%ADa/20250514-colombia-y-la-ruta-de-la-seda-de-china-la-firma-del-plan-de-cooperaci%C3%B3n-que-desaf%C3%ADa-a-ee-uu

Rivera, J. N. (17 de mayo de 2025). Experto analizó el posible ingreso de Colombia a la Ruta de la Seda: “Nuestra balanza con China es negativa”. Infobae. https://www.infobae.com/colombia/2025/05/18/experto-analizo-el-posible-ingreso-de-colombia-a-la-ruta-de-la-seda-nuestra-balanza-con-china-es-negativa/

Cano, J. D. (8 de mayo de 2025). ¿Qué es la Ruta de la Seda y qué países integran esta alianza internacional a la que Colombia podría entrar? Cambio Colombia. https://cambiocolombia.com/economia/colombia-pone-mira-ruta-de-la-seda-que-es-paises-miembro

Martínez, L. (2013 de mayo de 2025). ¿Qué es la ‘Nueva Ruta de la Seda’ y en qué se benefician los países de Latinoamérica? La República. https://www.larepublica.co/economia/que-es-la-nueva-ruta-de-la-seda-y-en-que-se-benefician-los-paises-de-latinoamerica-4132189

Martínez Delgadillo, M. (22 de mayo de 2025). Colombia sella su acercamiento a China al entrar en la llamada Ruta de la Seda, ¿qué esperar? Revista Pesquisa Javeriana. https://www.javeriana.edu.co/pesquisa/colombia-ruta-de-la-seda-china/

Presidencia de la República de Colombia. (12 de mayo de 2025). Colombia ingresará a la Ruta de la Seda para convertirse en puente tecnológico entre América, Asia y Europa. Presidencia.gov.co. https://www.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/Colombia-ingresara-a-la-Ruta-de-la-Seda-para-convertirse-en-puente-tecnolog-250512.aspx

https://www.presidencia.gov.co/prensa/Paginas/Colombia-ingresara-a-la-Ruta-de-la-Seda-para-convertirse-en-puente-tecnolog-250512.aspx#:~:text=La%20Iniciativa%20de%20la%20Franja,comercio%2C%20inversi%C3%B3n%20e%20innovaci%C3%B3n%20tecnol%C3%B3gica

El Colombiano. (14 de mayo de 2025 ¿Qué es la ruta de seda de China y qué beneficios trae para Colombia? El Colombiano. https://www.elcolombiano.com/negocios/que-es-la-ruta-de-seda-de-china-y-que-beneficios-trae-para-colombia-AB27373751

AmCham ( 12 de mayo 2025) Colombia formula inquietudes sobre entrada de Colombia a la ruta de la seda. https://amchamcolombia.co/noticias-colombia/amcham-colombia-formula-inquietudes-sobre-entrada-de-colombia-a-la-ruta-de-la-seda/

Analdex advierte de los riesgos que tiene la adhesión a la Franja y la Ruta de la Seda. martes, 6 de mayo de 2025

https://www.larepublica.co/economia/analdex-advierte-de-los-riesgos-que-tienen-la-adhesion-a-la-franja-y-la-ruta-de-la-seda-4127537